domingo, 6 de mayo de 2012

No es para tanto


El fútbol, el fútbol, el fútbol… Este deporte se ha convertido para muchos de los españoles en parte de nuestras vidas. El fútbol es “vivido” por millones de personas, y para creer esto no hay más que fijarse en las ventas diarias del periódico Marca, por ejemplo, o en las audiencias de los partidos de fútbol de primera división. Es algo sobre lo que todo el mundo opina, vea los partidos o no los vea (a todo el mundo le gusta dar su opinión), y que despierta verdadera sensibilidad en el ser humano. No es raro oír discutir a dos personas sobre fútbol y lo más normal es que lo hagan enfadadas. A mí, personalmente me gusta discutirlo y me asombro ante la ignorancia de mucha gente en lo que respecta a este tema.

Sin embargo, ¿hacemos del fútbol más de lo que en realidad es? Esta pregunta es interesante porque, efectivamente, se venden miles de ejemplares de periódicos que hablan mayoritariamente sobre el fútbol, se televisan charlas sobre fútbol, o se oyen por la radio, no hay ni un partido de primera división que no se televise en el año, la gente paga dinerales para ir al estadio, y, lo peor de todo, la gente se enfada por lo que pueda pasar en un partido de fútbol o, más, aún, fuera de él, en el vestuario, por ejemplo. Un ejemplo de esto es el Real Madrid: la gente monta sus teorías de si el Madrid juega bien, de si Mourinho es un buen entrenador, y, más allá de si es buen entrenador, a la gente le importa si da una buena imagen del Real Madrid o no.

Pero, cuando vas al estadio y, sobre todo si estás en una posición privilegiada, ves que no son más que 22 personas dando patadas a un balón. Recuerdo una definición del fútbol que me dio un chaval de dos cursos más que yo hace cuatro años: “El fútbol es dar patadas a una cosa esférica para meterla en una caja rectangular con una telaraña al fondo.” El fútbol no da para tanto como cree la gente. Al verlo en la tele lo vemos todo muy divinizado, vemos las repeticiones, los gestos de cada jugador y de cada entrenador, cambiamos de perspectiva sin movernos, etc. Sin embargo, y por mucho que nos enfademos, al poner los pies en la tierra uno se da cuenta de que no tiene ninguna importancia.

No obstante, no hay duda de que opinar es divertido y verlo, mucho más. Ojalá la competencia de la gente fuese mayor al hablar de este tema.

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