Hace un
par de semanas, emprendía la lectura de esta extensa obra, de casi quinientas
páginas, esperando que me sorprendiera. Sin embargo, no ha sido así. Hoy he
acabado de leerme el libro y la verdad es que no ha sido lo que me esperaba. No
me ha contado nada nuevo, o no demasiado, sino que ha profundizado en ciertos
puntos, ampliando así mi conocimiento de los mismos. No obstante, es un libro
que me ha gustado y lo recomiendo, porque cuenta, a modo de historia, cómo y por qué, en lo que
se refiere a la ciencia, estamos aquí, cosa que siempre me ha interesado (no
creo en que la ignorancia sea la felicidad).
Tengo muy claro lo que más me ha
impactado del libro, y que no sabía antes de leérmelo. En un momento
determinado dice que todos los seres humanos compartimos el 99,9% de nuestros
genes. Es decir, sólo hay un 0,1% en nosotros que nos diferencia del resto y
nos da nuestra identidad. Cuando lo leí me pareció alucinante. Efectivamente,
es ese 99,9% que tenemos que aprender de los demás y enseñar a los demás, y ese
0,1% que nos hace distintos, que basta para dejar de ser uno más, que dice
quiénes somos, y con el que tenemos la posibilidad de cambiar el mundo. Ese
99,9% se manifiesta en la repetición de la historia, mientras que el 0,1% se
manifiesta en el avance y el progreso de la humanidad, en los descubrimientos
de Mendeleyev, de Einstein, de Lavoisier, de Lyell… Ese 0,1% es el talento que
tiene cada uno, y con el que puede dar fruto o esconderlo. Todo el mundo lo
tiene y, aunque se tiende naturalmente a no hacerle caso, puede suponer un
avance histórico para la humanidad.
Juan R.
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